sábado, 30 de enero de 2010

Buena Suerte Haití


Se acerca el desenlace de tu relato. Se terminó el líquido del tintero negro reservado para tí. Las ondas radiofónicas dejarán de evocar tu nombre con amargura. Se acabaron los mintuos televisivos con una notoria presencia tuya. Es el momento de pasar del presente al pasado reciente.
Te preguntarás por qué. Te daré alguna respuesta: los muertos ya no están apilados en tus calles. Las barricadas del infierno han desaparecido. La polvareda se ha esfumado con el viento. El olor a muerte se marchó de tu cielo gris.
Y tú me dirás que los muertos ahora están bajo tierra y estarán presentes eternamente, pues lo que te falta, te abandona menos.
Y tú me responderás que las barricadas se disiparon, pero su remanente quedará grabando en cada trozo de suelo sobre el que reposaron, porque la sangre jamás desaparece.
Y tú me llorarás que el polvo material y blanquecino fue lavado por la lluvia de la piel, pero el agua no llegará nunca a limpiar esa mancha negra y desgarradora del corazón.
Y tú me gritarás que el olor de los cadáveres fue sustituido por el aroma de la nada, pero también del olvido, el abandono y la desesperación.
Tú, Haití has dejado de estar de actualidad en eso que llaman Primer Mundo. Aquí consideran que poco a poco la normalidad se va instaurado en tí. Pero, ¿qué sabrán ellos de normalidad? o, mejor dicho, ¿qué sabrán ellos de tí?, me preguntarás. Nada. Lo sé. ¿Crees que en algún momento llegaron a saberlo? Se hicieron eco de cifras. Abarrotaron sus bases de datos de imágenes. Desplegaron ayuda humanitaria. Desplazaron numerosos extranjeros a tu tierra con una etiqueta de corresponsales. Sí... hicieron todo eso...
Y ahora...¿qué?...
Buena suerte, Haití. Te dirán...

domingo, 24 de enero de 2010

Malditos Bastardos


El Sr. G ni tan siquiera respeto la emotiva despedida de los blancos a su memorable holandés, Ruud Van Nistelrooy. La noche pintaba amable. Y Cristiano... al fin, se encontraba con el gol. El luso, como acostumbra, cada balón que cogía quería convertirlo en un nuevo tanto. Marcó dos. Y seguramente podría haber enfundado alguno más. Hacía de todo, sacaba faltas, sacaba de banda, regateaba, pases... disfrutaba. Pero al Sr. G no le gusta verle sonreír. Al Sr. G no le gusta que haya vuelto a reencontrarse con el gol. Y por eso, el Sr. G fue implacable. Decidió mandarle al vestuario hoy, y le recetó reposo para el próximo fin de semana, con una amable roja directa. No sea que se anime el "alegre" portugués. - Dicen las malas lenguas, que su blanca sonrisa asusta en Camp BarÇa-.

Me aburre -con mayúsculas- el caciquismo imperante en la Liga Española, entiéndase, Villarato. No soy amiga de argumentos victimistas, ni cánticos llorones. Pero hoy, con una victoria en la mano, dispongo de un buen respaldo para sostener mi alegato. No obstante, para los que aún así pongan en entredicho mi pensamiento -postura respetable-, diré que "llorar" por defender lo que es de uno, nunca fue cobarde. Es innato al ser humano. Cuidar lo que le pertenece. Asimismo, también es justo, jugar en igualdad de condiciones. Y en esta liga - de las Estrellas, dicen...- ese equilibrio no existe.


Debo decir que no justifico el "gesto" de L´Enfant Terrible -Cristiano-. Pero tampoco creo que merezca justificación que Toribio desborde a Albiol echándole fuera del campo con un golpe en el costado. ¿Acaso es válido que desborden a Cristiano en el área con ocasión clara de gol y no se pite nada? ¿Es pasable que dejen regalitos a Guti en los tobillos y por esas entradas deba abandonar el campo? Sr. G. Si tenemos una medida, ¿sería mucho pedir aplicarlar a todos por igual? O... ¿este Súper BarÇa no lo es tanto... y necesita de su ayuda?

Presumía en mi cabeza otra entrada en mi blog. Hecha con más razocinio, creada en las ganas de escribir, filosofar y jugar con la inspiración. Pero la impotencia se adueño de mis pensamientos. Hoy escribo desde la ira a esos "malditos bastardos", porque por suerte en este blog no hay caciquismo. Ni lo habrá. Y por ese motivo, mañana, hoy y siempre escribiré de lo que salga de mis santos ovarios, así como de mi onírica cabeza.
Buenas noches.

miércoles, 20 de enero de 2010

PINCELADAS


Los elefantes de Dalí no comieron nunca peras de Cezanne. De haberlo hecho sus piernas no serían tan delgadas como los alhambres.

Me gusta pensar que a Munch le irritó ver cómo los amantes de Klimt se besaban.

Después de todo, no fue el perro de Goya quien le arrancó la oreja a Van Gogh, fue el niño paralítico de Bacon que también camina a cuatro patas.

martes, 19 de enero de 2010

El maestro de los ojos de pez


Pensando en cronopios llegué -como era de esperar- a Cortázar, su creador. Y recordé una frase de Albert Plá que le definía como "el maestro de los ojos de pez". La subrayó. Hoy no entraré a divagar en por qué era un maestro. Prefiero quedarme con sus ojos de pez, con su mirada gris, con su gesto alicaído. Esa excepcional forma de visualizar el mundo y transmitirla con su pluma onírica.


Me gustan los genios atormentados. Los personajes de vida alboratada que tienen un hueco en la historia. Quizás por eso, ya de pequeña me enamoré de Larra. De ese romántico empedernido que decidió quitarse la vida a punta de pistola a los 27 años. Por este mismo motivo y compartiendo espacio en mi -por áquel entonces- tierno corazón estaba Riego. Ese liberal puro que fue ejecutado el mismo día en el que 165 años después yo nacería. Puede que no sean los exponentes más representativos de una vida convulsa. Pero al menos lo son de un final no feliz. Y de una vida llena de vida, que será eternamente recordada gracias a su muerte.


Sin embargo...me gustaría terminar con Charles Bukowski. El icono por excelencia del realismo sucio, de la literatura independiente y miembro honorífico en el club de los escritores malditos. Convulso, desarraigado, rompedor, revolucionario, conmovedor... Bukowski era todo lo políticamente incorrecto. Pero... por encima de todo y de él mismo, era un genio al que no le gustaba serlo. Aunque no por ello dejaba de admirar la grandeza de los otros:


"Conocí a un genio en el tren hoy como de 6 años de edad se sentó a mi lado y mientras el tren avanzaba a lo largo de la costa llegamos hasta el océano entonces él me miró y dijo, no es hermoso. Fue la primera vez que me percaté de ello." C. Bukowski.

jueves, 14 de enero de 2010

La Alargada Sombra De Maradona


La sombra de Diego Armando Maradona es, todavía hoy, demasiado alargada, y a la sombra hace demasiado frío.


El Delantero del F.C.Barcelona, Lionel Messi, fue galardonado hace algunas semanas con el Premio FIFA World Player en una gala previsible y anodina (como son todas las galas deportivas en las que se conocen los resultados de manera anticipada) celebrada en la helvética ciudad de Zurich. El enésimo reconocimiento para el santafesino en un año, el 2009, en que lo ha ganado casi todo, tanto a título individual como a nivel colectivo. Y digo casi porque el mejor futbolista del planeta no cuenta aún con el respaldo de la hinchada argentina y esto, dejando de lado todo tipo de discusión chauvinista, no deja de resultar paradójico. Lo crean o no, cuando "la pulga" se enfunda la elástica albiceleste es solamente eso, una pulga.


El problema quizas tenga que ver con el gusto de los argentinos por endiosar seres humanos. Maradona colgó las botas hace ya demasiados años, pero sigue llevando a cuestas ese dudoso disfraz de mito viviente, interminablemente "resucitante", cada vez que pisa un terreno de juego. Maradona es el héroe del pueblo, un héroe de uñas sucias, el hijo del polvo. Lo era como futbolista y lo seguirá siendo siempre. Por todos es conocida la predilección de los "barras bravas" por el polvo. Messi no sabe lo que es jugar un solo partido del Torneo Apertura, es un exiliado, un fugitivo, el diamante de la Masía blaugrana, un diamante con demasiado brillo.


Resulta inevitable no caer en comparaciones, en todo caso odiosas, entre uno y otro, pero el debate adquiere una nueva dimensión si tenemos en cuenta que ambos están ahora en el mismo barco, y maradona tiene el timón y Messi es solo uno más a bordo. ¿Será capaz el controvertido seleccionador albiceleste de sentar en el banquillo al mejor futbolista del mundo? Probablemente no, pero hoy por hoy es más facil que "El Cholo" Simeone releve a Maradona en el banquillo argentino a que Messi pase a ocupar el sitio de "el pelusa" en el terreno de juego. Maradona no tiene relevo como futbolista porque no tiene ni tendrá nunca relevo como "personaje", como mito, y la barrera entre una y otra acepción se ha ido haciendo con el transcurso de los años y de los acontecimientos, insalvable.


La cita mundialista de Sudáfrica dictará sentencia y probablemente todos puedan salir beneficiados del envite, porque Argentina se la juega, una vez más, como casi siempre. Y una vez que termine el Mundial regreserá el debate (siempre ocurre lo mismo en el fútbol) y nacerán en un futuro nuevos Leo Messi pero siempre bajo la alargada sombra de Maradona, siempre muertos de frío.

lunes, 11 de enero de 2010

Hay sitio para todos


Había oído hablar sobre la película en varias ocasiones. Había visto algún resumen en televisión. Había escuchado algún comentario por parte de allegados. Había leído algunas críticas en prensa escrita e Internet. Finalmente, después de tanto "había", decidí ir al cine. Sabía que era una especie de "ahora o nunca". Puesto que había muy pocas probabilidades de que viera un filme de estas características en el DVD de mi casa. Primero por la temática -la ciencia ficción nunca fue santo de mi devoción-, segundo porque se "aconseja" ver la película en 3D. En definitiva, con una mezcla de expectación, incertidumbre y escepticismo me dirigí a la sala de cine a disfrutar de Avatar.

Me alegro de haberlo hecho. Es más, recomiendo la experiencia. Vayamos por partes. El guión no ofrece nada nuevo bajo el sol. James Cameron -Titanic, Terminator, Aliens- decidió dejar de lado el lápiz y tirar de efectos especiales -de esos que tanto gustan en Hollywood-, dando lugar a una cinta previsible, a la par que sencilla y con un mensaje notable, digno de ser repasado. Piano. Me creo a Sam Worthington -protagonista principal-. No es el papel de su vida pero lo defiende con acierto. Confiaba -y acerté- en la presencia de Sigourney Weaver. Y he de decir que me inquieto el malo malísimo , con escuadra y cartabón, del bueno, perdón, malo, de Stephen Lang. Los efectos en 3D son dignos de mención. Envolventes, inquietantes y mantienen el climax durante toda la película. En cuanto a esto, la duración, aquí viene la anécdota. Entré al cine a las 20.20 horas. Lo abandoné a las 23.oo horas. Sí, casi 3 horas sentada en la butaca sin descanso de por medio. Casi 3 horas que me parecieron la mitad. En resumen, Avatar me entretuvo. Y al fin y al cabo, solo buscaba eso -que no es poco-.

Como reflexión final apuntaré que en la gran pantalla sigue habiendo sitio para todos. Volviendo al había; había escuchado que este es el cine que nos espera. Es más algunos críticos señalaban que de ser así esto, ellos se apeaban del tren. No estoy de acuerdo. El cine en 3D, a día de hoy, solo encaja con películas de esta índole. Plagadas de efectos especiales con grandes dosis de ciencia ficción. Al otro lado seguiremos contando con otras ofertas. Pequeñas producciones, cine de autor, diversas temáticas... En la variedad está el gusto. Y por suerte, hay sitio para todos.