lunes, 20 de junio de 2011

¿El Fin de Una Era?




Cuando escuchaba con atención a mi abuelo mientas me contaba sus historias de la guerra (cruentas, duras, tiernas... o al menos contadas con un toque de ternura a su nieta) sabía que me estaba transmitiendo sus batallas. Historias del ayer. De su pasado. Porque era mayor. Y tenía muchos ayeres y aún más tiempos en pasado.

De un tiempo a esta parte soy yo la que me cuento mis propias batallas. Aquellos días en los que el Real Madrid era el club más laureado del momento. Aquellas noches de verano sin preocupaciones sentada a la luz de la luna en el pueblo con mis amigas. Aquellos caminos de casa al colegio de la mano de mi madre. Aquellas tardes de otoño sentada en el césped de la Facultad de Ciencias de la Información. Áquel primer día de clase. El primer beso. El primer o segundo desamor...

Echo la vista atrás y es mucho lo rodado. Veinticinco años de vida sin ir más lejos y sin ánimo de ir más cerca. Miro hacia adelante timídamente, es decir, al presente, y encuentro poco más. Es mucho lo vivido. Muchos ayeres que contar a un supuesto nieto que está por llegar -como mínimo en otros veinticinco años-. Y ¿qué decir del presente? Que cualquier tiempo pasado no fue peor que el ahora. Pero si se hace camino al andar como decía Machado, creo que lo mejor está por llegar.

Soy mayor si cuento mis ayeres. Soy joven si cuento mis años. Soy presente en stand by. En el fin de una era. En el límite del bien... o del mal.

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